Hoy
en Navidad compartimos las palabras de la compañera Evita dichas en una lejana
Navidad de 1951.
JP
Evita Lomas de Zamora.
Mensaje
de Evita en la Navidad de 1951.
“…Esta noche hacemos una tregua de amor en el camino de nuestras luchas y de
nuestros afanes; y sólo pensamos en las cosas buenas y bellas que nos ha
regalado la vida en el año que se acaba hundiéndose ya como un cometa en el
horizonte de la eternidad, dejándonos una estela de recuerdos en el alma.
En todos los hogares del mundo, hombres y mujeres, ancianos y niños de todos
los pueblos, en este mismo instante maravilloso están rindiendo homenaje al
amor y están encendiendo en sus corazones las lámparas votivas de sus mejores
recuerdos. ¿Por qué no hacer lo mismo nosotros en este inmenso hogar que es
nuestra tierra? ¿Acaso no somos una gran familia? Por eso estas palabras mías
se atreven a romper el bullicio o el silencio de la noche, se animan a llegar
con su mensaje al corazón de todos los hogares que quieren recibirlas con
cariño y se derraman así sobre la mesa invisible de la Patria Nueva, como un
canto de amor y de esperanza. Esta noche también sentimos que empieza ya a
morir el año que termina. Por eso nos gusta rememorar las alegrías y las penas
que nos trajo sobre el hombro de sus días y de sus semanas, y hasta los dolores
ya sobrepasados nos parecen esta noche menos amargos.
No queremos vanagloriarnos con orgullo de lo que somos ni de lo que tenemos,
pero en esta noche, propicia para los aspectos del corazón, sentimos la
necesidad de decirle a los hombres y mujeres del mundo el sencillo secreto de
nuestra felicidad, que consiste en poner la buena voluntad de todos para que
reinen la justicia y el amor. Primero la justicia, que es algo así como el
pedestal para el amor. No puede haber amor donde hay explotadores y explotados.
No puede haber amor donde hay oligarquías dominantes llenas de privilegios y
pueblos desposeídos y miserables. Porque nunca los explotadores pudieron ser ni
sentirse hermanos de sus explotados y ninguna oligarquía pudo darse con ningún
pueblo el abrazo sincero de la fraternidad.
El día del amor y de la paz llegará cuando la justicia barra de la faz de la
tierra a la raza de los explotadores y de los privilegiados, y se cumplan
inexorablemente las realidades del antiguo mensaje de Belén renovado en los
ideales del Justicialismo Peronista:
que haya una sola clase de hombres, los que trabajan;
que
sean todos para uno y uno para todos;
que no
exista ningún otro privilegio que el de los niños;
que
nadie se sienta más de lo que es ni menos de los que puede ser;
que
los gobiernos de las naciones hagan lo que los pueblos quieran;
que
cada día los hombres sean menos pobres y
que
todos seamos artífices del destino común.
Y por fin, yo me permito reunir simbólicamente la copa con que brinda cada uno
de ustedes con mi propia copa, que contiene la misma sidra humilde, con la
misma sencillez de nuestro corazón. Levanto al cielo con ella los deseos, los
sueños y las esperanzas de todos, para que en esta noche prodigiosa el amor
infinito los toque con la vara de sus milagros y los convierta en realidad”.
Evita.
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